Soy un ser completa, absoluta y radicalmente dependiente, si mi madre y mi chica hicieran un compló y me abandonaran, a los 42 minutos moriría irremediablemente de hambre, frío o sida.
Cuando a mi madre se le otorgan sus bien ganados días de vacaciones sufro como Precious, los días en los que no me atiende me vuelvo un despilfarro humano; malcomo, malvisto, malvivo, malhuelo, me convierto en un indigente tacubayesco.
Sin embargo no todo es desgracia y caos, estas cada día más comunes ausencias matriarcales han fortalecido mis capacidades de supervivencia.
Algunas cosas que he aprendido en ausencia de mi madre:
•Aprendí a hacer arroz blanco y arroz rojo, solo me falta el verde y el amarillo.
•Aprendí que para lavar la ropa se separa por colores y no por calcetines, calzones, pantalones, etc. . .
•Aprendí que si dejo la llave de la estufa abierta; la simple intoxicación de gas nos puede matar (al duende del closet y a mí)
Y lo más importante que he aprendido y que de segurito sigue haciendo temblar a Mr. Slim; mi gran capacidad para hacer negocios.
En esta ocasión el trueque fue con una buena amiga y a pesar de que me hubiera gustado conocer su sazón, desde días antes amenazo con no cocinarme nada :( y comprarme una torta hecha.
Cabe mencionar que la torta era enorme y afortunadamente no tenia cebolla y después de dar cuenta de ella quede como el osito panda. O como dice mi Abue quede suato.
1 comentario:
Tal vez esa amiga no tiene buena sazón y apenas está aprendiendo a cocinar... uno nunca sabe…. ;)
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