Al comienzo de todo me planteaste 2 de tus teorias, la primera es que no debería hacer lo que no quisiera que me hagan, la segunda es que nada es para siempre.
La primera me pareció muy buena, lo mas sensato, al grado de seguirla al pie de la letra hasta el día de hoy, de la segunda solo me quedó la esperanza de convencerte de que podía ser errónea, tendría el tiempo de toda mi vida para reprobar esa teoría tan pesimista.
Con el pasar de los años aprendí de tus teorías que la primera no la predicas con el ejemplo y que la segunda a pesar de mis esfuerzos no tuve el suficiente poder de convencimiento, no puedo convencerte que es errónea, otra vez tuviste razón.
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