Me comentaba ayer mi Niñapinga que está regresando a la etapa de la pubertad; aquella en donde los barros te salían desde la frente hasta por allá donde el cuerpo se hace remolino y fantaseábamos con la idea de que se estuviera volviendo joven como el Benjamin Button y en unos años mas la tendría yo que cuidar, arrullar y alimentar con papillas.
Y recordé la teoría de Quino sobre cómo debería de ser la vida;
Hay escritos que en definitiva son insuperables, hasta te quitan las ganas de escribir.
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