Acabo de cumplir 5 años laborando en mi empresa.
Pocas cosas me pueden deprimir tanto como estar trabajando en algo que no me llena, que no me gusta, que no me motiva al propio desarrollo personal. Este de verdad es el último, y cuando digo de verdad, es de verdad, en un año yo estoy en otra chamba, lo juro por la vida de este mi malquerido blog, que quiere decir esto? Que si para el siguiente 17 de julio del 2012 yo sigo trabajando en lo mismo; este Blog se va pal carajo.
Blog: :( Bueno, por lo menos aseguro un añito más.
No dejo de reconocer los beneficios de este trabajo, la experiencia, la rapidez mental, la capacidad de solucionar problemas, la agilidad para escribir en un teclado, y eso sin mencionar los frutos materiales que he cosechado, mi laptop, mi rebela, el comedor de mi madre y todos los lugares que pude conocer en vacaciones.
La contraparte (la que pesa) el poco interés de mi empresa en sus trabajadores. Empresa de mierda. Y empieza la amargura y pienso que en realidad hay pocas cosas rescatables de mi chamba, una que otra amistad, una que otra experiencia, una que otra platica de verdad interesante, una que otra situación atrayente, una que otra forma de hacer negocios. Y es que sin mi lucrativo negocio no hubiera aguantado tantos años en esto.
El negocio fue con una compañera que jura no tener buen sazón, y a la que agradezco que aún así se haya animado a hacerme de comer. Y respecto a lo del buen sazón, pues también estás equivocada.
En definitiva de lo mejor de mi empresa es mi forma de negociar, el descubrir como ayuda un negocio así cuando mi madre me abandona, cosa que se repite con mayor frecuencia.
Y desde mañana vacaciones en la playa.
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