Estoy terminando el semestre y lo que más me emociona es que por fin tendré tiempo de leer, tengo formado uno de Allan Poe, otro de Follett y uno más de Bucay, el pedo es que las fechas decembrinas tan chulas ellas no me animan a leer algo ni tan oscuro ni tan apocalíptico ni tan político. Gran dilema, busco entre el polvo del librero para encontrar un libro que increíblemente no he leído y comentan que es casi como obligatorio desde la primaria pero seguramente tuve maestras analfabetas con la firme tarea de convertir niños en ítem, me desvié en mis traumas existenciales sobre mi pobre preparación académica, pero nunca es tarde para corregir el rumbo; el libro elegido es: EL PRINCIPITO.
Comentan que este libro está dedicado a los niños del mundo y cuando un adulto lo lee automáticamente sufre una regresión hacia la infancia, personalmente no creo necesitarla, me considero un alma infantil, a veces me sigo haciendo pipi en la cama y me da miedo el coco de mi closet y mucho tiempo sufrí con el monstruo comepatas de debajo de la cama, ahora no tengo tantos pedos porque a propósito no he comprado base de mi supercolchonmatrimonial (sin hulespumajodón), a ver pinche monstruo escóndete.
Bueno, no se que tan fuerte sea mi regresión infantil pero estoy preparado para combatir todos mis demonios de chiquilin y me pueden dar miedo, pero no me rajo, tengo la breve esperanza que El Principito me lleve a recuerdos olvidados, o lo que es lo mismo; momentos archivados.
Bienvenido seas a mi vida Principito, tarde pero seguro, que comience la aventura.
Mi mente culera: Relajate Odisea Burbujas
Yo: Chinga tu madre!!!
Yo: Chinga tu madre!!!
P.D. La regresión infantil la comienzo a sentir desde la portada; a poco no parece que El Principito está parado sobre una chichi en plena explosión láctea?
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