Murió Amy Winehouse.
Personalmente su discografía no es de mis favoritas, considero que le faltaban dos discos para llegar a la cúspide de su carrera musical, pero no puedo dejar de reconocer que lo que grabó dejará huella y escuela.
Quien la conoció no creo que se haya sorprendido con la noticia, vaya, era algo de esperarse yo mismo lo presagié en cierta entrada, así que esto no se trata de que me llamen brujo, aunque deberían de hacerlo, pero aún falta que se cumplan varias de mis profecías. Entonces sí, todos me darán la razón y los que no creen en mis palabras se arrepentirán tarde que temprano por las buenas o por las malas.
La muerte en la música mueve tan cabrón mediáticamente como la misma trayectoria musical y a veces hasta más. Antes de que termine este año seguramente saldrá a la luz alguna canción inédita de esta compositora que venderá millones de copias, pero aún así lo de Amy lo siento distinto. Yo conocí la música de Selena hasta que murió y gustoso descubrí que en su repertorio había varias canciones reteharto bailadoras (chido pa los que bailan pues), con el valentín elizalde descubrí que a veces hay gente que le hace un bien a la música porque ese cabrón de veras que cantaba de la chingada, y en contraparte hay gente que le da en la madre a la música como lo que ocurrió con John Lennon. Pero insisto, lo de Amy es distinto.
Mi sentimiento hacia esto es más bien de empatía hacia esta mujer blanca con voz de negra. Esta entrada ni siquiera es como un homenaje a su música o una reseña de luto y pena ya que de verdad no siento su muerte, más bien me da gusto y admiración. Se murió tal como quiso, como le daban ganas de hacerlo y carajo! a parte de todo y para cerrar con broche de oro se metió al llamado Club de los 27, ahora reposa junto a aquellos grandes que desempeñaron con orgullo aquello que reza; “vive rápido, muere joven y deja un cadáver hermoso”.
Aunque aún no se oficializan las razones de su muerte todos conocemos de sobra el tipo de vida que llevaba, las entradas y escapadas de centros de desintoxicación y su negativa hacia la rehabilitación como dice la que tal vez sea su canción más emblemática; Rehab.
“They tried to make me go to rehab, i said no, no, no.
yes i been black, but when i come back, you wont know, know, know.
i ain’t got the time, and if my daddy thinks im fine
he’s tried to make me go to rehab, i wont go, go, go. . . ” Amy Winehouse.
Felicidades Amy Winehouse, te fuiste como quisiste, no todos tienen tu suerte.
A mí no me dejaron morir de la forma que quiero, entre mis planes de morir se encontraba el envenenamiento paulatino con cianuro, yo contaba con grandes planes de morir apaciguadamente como tierno y dientón ratoncillo, como ahora dicen en las cajetillas de cigarro.
Pues no, a algún estúpido se le ocurrió la grandiosa idea de aumentar el precio de los cigarros de forma grosera, lejos, muy lejos del alcance de mi bolsillo. Ahora en lugar de dejarles a los forenses un cadáver hermoso que invite a la cochinada necrofílica, dejaré un anciano y asqueroso puerco de mil kilos que les llevará un mes hacerle autopsia. Y eso sin contar los gastos extras que tendrán mis conocidos para mandar hacer un ataúd diseñado específicamente con mis descomunales medidas y el gasto de los albañiles que romperán muro y losa para sacar mi humanidad de donde me agarre la huesuda.
Así que una vez más gracias maldito gobierno, no solo echaste a perder mi vida, ahora también mi muerte.
Tan lindo que hubiera sido esto:
Días sin fumar: 298
Kilos ganados: El ratón Crispín (para estar Ad hoc)
Irritabilidad: 75%
Ansiedad: 70%